"Quién ha desplazado la montaña comenzó por quitar piedras pequeñas" Proverbio chino
En un post anterior hablé sobre las infinitas posibilidades del Yoga (Puedes verlo aquí) y de cómo es posible cultivar distintos aspectos de nosotros mismos con su práctica. Es posible que al hacer tu búsqueda hayas verificado que en tu localidad la mayoría de los centros y profesores se rijan por alguna escuela de la rama del Hatha Yoga (Iyengar, Ashtanga, Sivananda, Kundalini o Anusara por ejemplo). Cualquier clase regular de Hatha Yoga se compondrá de la práctica de Asanas o posturas, énfasis en la respiración, relajación final y quizás algún canto, mantra o meditación guiada. Una vez que hayas decidido qué estilo quieres practicar y a donde ir, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
1- Viste ropa cómoda. Descálzate o usa calcetines anti resbalantes al menos durante la primera parte de la clase hasta que llegues a las posturas sentado o acostado. También es recomendable traer alguna manta, chaqueta o calcetines para abrigarte durante la relajación final o Savasana, momento en el cual baja la temperatura corporal.
2- Sé puntual y procura estar al menos 5 minutos antes del comienzo de la clase, de manera que te de tiempo de cambiarte, colocar la esterilla y los instrumentos de Yoga, ir al baño, colocar tus cosas, apagar tu teléfono y, en general, estar presente al comienzo de la misma. Tu puntualidad ayudará a crear una atmósfera de respeto entre tú, el profesor y los demás practicantes.
3- Es recomendable practicar con el estómago vacío. Después de una comida fuerte espera alrededor de 3 o 4 horas antes de iniciar la práctica. Después de una merienda o algo ligero (una galleta, una fruta o un yogurt) espera al menos 30 minutos. Con respecto a la hidratación, es mejor beber antes o después de la práctica y no durante. Masticar chicle está totalmente contraindicado.
4- Durante toda la práctica respira por la nariz, esto filtrará y calentará el aire antes de que llegue a los pulmones. Cualquier otro cambio en la manera de respirar, como inspirar o expirar por la boca en un momento dado formará parte de algún ejercicio de Pranayama (respiración controlada) y éste deberá ser explicado y señalado debidamente por el profesor.
5- Es de vital importancia que informes al profesor sobre cualquier condición física especial. Estar embarazada, sufrir de presión arterial alta, tener problemas en las rodillas u otras articulaciones, padecer de hernias discales u otra condición en la columna vertebral, haber sido operado recientemente, fibromialgia, etc… son razones de peso para acercarte al profesor al comienzo de la clase y comunicárselo. Éste debe aconsejarte y sugerirte posturas alternativas en el caso de que el programa pautado no sea el más recomendable para ti.
6- Durante la menstruación, las inversiones completas deben ser evitadas y las torsiones y las flexiones hacia atrás deben ser practicadas con cierta cautela. Se recomienda una práctica suave, que incluya flexiones hacia adelante con soporte y posturas restaurativas.
7- Una clase de yoga es un espacio-tiempo de trabajo con tu ser interno, con tu cuerpo, mente y emociones. Es natural que nos invadan múltiples e intensas sensaciones y que nos sintamos en desventaja cuando una postura física nos rete de manera especial, sintiendo la tentación de abandonar la clase. Sin embargo, recuerda que la misma se empieza a tornar más suave a medida que se acerca la relajación final, por lo tanto quédate hasta el final! Si te sales antes, no vas a saber de qué se trata realmente y te vas a perder de lo que para muchos es la mejor parte. Es muy frecuente en la primera clase tener la sensación de "no entender nada" y por ello suelo recomendar a los principiantes que prueben al menos 3 veces.
8- Por una parte sé auto-exigente, de manera que salgas de tu zona de confort y vayas un poco más lejos de tus límites habituales en cada clase, pero por otra sé siempre muy respetuoso con tu cuerpo y con tu práctica y si sientes especial dolor, en las articulaciones o en algún otro lugar, más allá del dolor “natural” que ocurre cuando trabajamos el cuerpo, no dudes en detenerte y avisarle al profesor.
9- No te juzgues o juzgues tu práctica por cuánto puedes estirar tu cuerpo o cuán lejos puedes llegar, o por cuánto puedes mantener un postura. El objetivo es llevarlo a lugares donde nunca llega y hacerle ejecutar posiciones que no hace regularmente, pero a partir de esto el nivel es siempre personal. Cada una de las posturas de Yoga puede ser practicada a distintos niveles, desde el más básico hasta el más avanzado y tu puedes elegir el que se adapte mejor a ti, con honestidad y responsabilidad. Tampoco intentes una postura avanzada en casa sin la supervisión de un profesor y sin estar seguro de su correcta alineación, ejecución, etc…
10- No te compares con la persona que está a tu lado o con el profesor. El Yoga no es una competición. Por el contrario, es un camino sumamente íntimo y la competencia es sólo con nosotros mismos, con nuestras propias limitaciones. La compasión, y, en especial, la compasión hacia nosotros mismos es un aspecto fundamental a desarrollar en nuestra práctica.
¡Disfruta de tu clase y del Yoga! Deja que te cuente sus secretos.
1- Viste ropa cómoda. Descálzate o usa calcetines anti resbalantes al menos durante la primera parte de la clase hasta que llegues a las posturas sentado o acostado. También es recomendable traer alguna manta, chaqueta o calcetines para abrigarte durante la relajación final o Savasana, momento en el cual baja la temperatura corporal.
2- Sé puntual y procura estar al menos 5 minutos antes del comienzo de la clase, de manera que te de tiempo de cambiarte, colocar la esterilla y los instrumentos de Yoga, ir al baño, colocar tus cosas, apagar tu teléfono y, en general, estar presente al comienzo de la misma. Tu puntualidad ayudará a crear una atmósfera de respeto entre tú, el profesor y los demás practicantes.
3- Es recomendable practicar con el estómago vacío. Después de una comida fuerte espera alrededor de 3 o 4 horas antes de iniciar la práctica. Después de una merienda o algo ligero (una galleta, una fruta o un yogurt) espera al menos 30 minutos. Con respecto a la hidratación, es mejor beber antes o después de la práctica y no durante. Masticar chicle está totalmente contraindicado.
4- Durante toda la práctica respira por la nariz, esto filtrará y calentará el aire antes de que llegue a los pulmones. Cualquier otro cambio en la manera de respirar, como inspirar o expirar por la boca en un momento dado formará parte de algún ejercicio de Pranayama (respiración controlada) y éste deberá ser explicado y señalado debidamente por el profesor.
5- Es de vital importancia que informes al profesor sobre cualquier condición física especial. Estar embarazada, sufrir de presión arterial alta, tener problemas en las rodillas u otras articulaciones, padecer de hernias discales u otra condición en la columna vertebral, haber sido operado recientemente, fibromialgia, etc… son razones de peso para acercarte al profesor al comienzo de la clase y comunicárselo. Éste debe aconsejarte y sugerirte posturas alternativas en el caso de que el programa pautado no sea el más recomendable para ti.
6- Durante la menstruación, las inversiones completas deben ser evitadas y las torsiones y las flexiones hacia atrás deben ser practicadas con cierta cautela. Se recomienda una práctica suave, que incluya flexiones hacia adelante con soporte y posturas restaurativas.
7- Una clase de yoga es un espacio-tiempo de trabajo con tu ser interno, con tu cuerpo, mente y emociones. Es natural que nos invadan múltiples e intensas sensaciones y que nos sintamos en desventaja cuando una postura física nos rete de manera especial, sintiendo la tentación de abandonar la clase. Sin embargo, recuerda que la misma se empieza a tornar más suave a medida que se acerca la relajación final, por lo tanto quédate hasta el final! Si te sales antes, no vas a saber de qué se trata realmente y te vas a perder de lo que para muchos es la mejor parte. Es muy frecuente en la primera clase tener la sensación de "no entender nada" y por ello suelo recomendar a los principiantes que prueben al menos 3 veces.
8- Por una parte sé auto-exigente, de manera que salgas de tu zona de confort y vayas un poco más lejos de tus límites habituales en cada clase, pero por otra sé siempre muy respetuoso con tu cuerpo y con tu práctica y si sientes especial dolor, en las articulaciones o en algún otro lugar, más allá del dolor “natural” que ocurre cuando trabajamos el cuerpo, no dudes en detenerte y avisarle al profesor.
9- No te juzgues o juzgues tu práctica por cuánto puedes estirar tu cuerpo o cuán lejos puedes llegar, o por cuánto puedes mantener un postura. El objetivo es llevarlo a lugares donde nunca llega y hacerle ejecutar posiciones que no hace regularmente, pero a partir de esto el nivel es siempre personal. Cada una de las posturas de Yoga puede ser practicada a distintos niveles, desde el más básico hasta el más avanzado y tu puedes elegir el que se adapte mejor a ti, con honestidad y responsabilidad. Tampoco intentes una postura avanzada en casa sin la supervisión de un profesor y sin estar seguro de su correcta alineación, ejecución, etc…
10- No te compares con la persona que está a tu lado o con el profesor. El Yoga no es una competición. Por el contrario, es un camino sumamente íntimo y la competencia es sólo con nosotros mismos, con nuestras propias limitaciones. La compasión, y, en especial, la compasión hacia nosotros mismos es un aspecto fundamental a desarrollar en nuestra práctica.
¡Disfruta de tu clase y del Yoga! Deja que te cuente sus secretos.