domingo, 12 de abril de 2015

10 RECOMENDACIONES PARA TU PRIMERA CLASE DE YOGA

"Quién ha desplazado la montaña comenzó por quitar piedras pequeñas" Proverbio chino



 En un post anterior hablé sobre las infinitas posibilidades del Yoga (Puedes verlo aquíy de cómo es posible cultivar distintos aspectos de nosotros mismos con su práctica. Es posible que al hacer tu búsqueda hayas verificado que en tu localidad la mayoría de los centros y profesores se rijan por alguna escuela de la rama del Hatha Yoga (Iyengar, Ashtanga, Sivananda, Kundalini o Anusara por ejemplo). Cualquier clase regular de Hatha Yoga se compondrá de la práctica de Asanas o posturas, énfasis en la respiración, relajación final y quizás algún canto, mantra o meditación guiada. Una vez que hayas decidido qué estilo quieres practicar y a donde ir, toma en cuenta las siguientes recomendaciones

1- Viste ropa cómoda. Descálzate o usa calcetines anti resbalantes al menos durante la primera parte de la clase hasta que llegues a las posturas sentado o acostado. También es recomendable traer alguna manta, chaqueta o calcetines para abrigarte durante la relajación final o Savasana, momento en el cual baja la temperatura corporal.

2- Sé puntual y procura estar al menos 5 minutos antes del comienzo de la clase, de manera que te de tiempo de cambiarte, colocar la esterilla y los instrumentos de Yoga, ir al baño, colocar tus cosas, apagar tu teléfono y, en general, estar presente al comienzo de la misma. Tu puntualidad ayudará a crear una atmósfera de respeto entre tú, el profesor y los demás practicantes.

3- Es recomendable practicar con el estómago vacío. Después de una comida fuerte espera alrededor de 3 o 4 horas antes de iniciar la práctica. Después de una merienda o algo ligero (una galleta, una fruta o un yogurt) espera al menos 30 minutos. Con respecto a la hidratación, es mejor beber antes o después de la práctica y no durante. Masticar chicle está totalmente contraindicado.

4- Durante toda la práctica respira por la nariz, esto filtrará y calentará el aire antes de que llegue a los pulmones. Cualquier otro cambio en la manera de respirar, como inspirar o expirar por la boca en un momento dado formará parte de algún ejercicio de Pranayama (respiración controlada) y éste deberá ser explicado y señalado debidamente por el profesor.

5- Es de vital importancia que informes al profesor sobre cualquier condición física especial. Estar embarazada, sufrir de presión arterial alta, tener problemas en las rodillas u otras articulaciones, padecer de hernias discales u otra condición en la columna vertebral, haber sido operado recientemente, fibromialgia, etc… son razones de peso para acercarte al profesor al comienzo de la clase y comunicárselo. Éste debe aconsejarte y sugerirte posturas alternativas en el caso de que el programa pautado no sea el más recomendable para ti.

6- Durante la menstruación, las inversiones completas deben ser evitadas y las torsiones y las flexiones hacia atrás deben ser practicadas con cierta cautela. Se recomienda una práctica suave, que incluya flexiones hacia adelante con soporte y posturas restaurativas.

7- Una clase de yoga es un espacio-tiempo de trabajo con tu ser interno, con tu cuerpo, mente y emociones. Es natural que nos invadan múltiples e intensas sensaciones y que nos sintamos en desventaja cuando una postura física nos rete de manera especial, sintiendo la tentación de abandonar la clase. Sin embargo, recuerda que la misma se empieza a tornar más suave a medida que se acerca la relajación final, por lo tanto quédate hasta el final! Si te sales antes, no vas a saber de qué se trata realmente y te vas a perder de lo que para muchos es la mejor parte. Es muy frecuente en la primera clase tener la sensación de "no entender nada" y por ello suelo recomendar a los principiantes que prueben al menos 3 veces. 

8- Por una parte sé auto-exigente, de manera que salgas de tu zona de confort y vayas un poco más lejos de tus límites habituales en cada clase, pero por otra sé siempre muy respetuoso con tu cuerpo y con tu práctica y si sientes especial dolor, en las articulaciones o en algún otro lugar, más allá del dolor “natural” que ocurre cuando trabajamos el cuerpo, no dudes en detenerte y avisarle al profesor.

9- No te juzgues o juzgues tu práctica por cuánto puedes estirar tu cuerpo o cuán lejos puedes llegar, o por cuánto puedes mantener un postura. El objetivo es llevarlo a lugares donde nunca llega y hacerle ejecutar posiciones que no hace regularmente, pero a partir de esto el nivel es siempre personal. Cada una de las posturas de Yoga puede ser practicada a distintos niveles, desde el más básico hasta el más avanzado y tu puedes elegir el que se adapte mejor a ti, con honestidad y responsabilidad. Tampoco intentes una postura avanzada en casa sin la supervisión de un profesor y sin estar seguro de su correcta alineación, ejecución, etc…

10- No te compares con la persona que está a tu lado o con el profesor. El Yoga no es una competición. Por el contrario, es un camino sumamente íntimo y la competencia es sólo con nosotros mismos, con nuestras propias limitaciones. La compasión, y, en especial, la compasión hacia nosotros mismos es un aspecto fundamental a desarrollar en nuestra práctica.

¡Disfruta de tu clase y del Yoga! Deja que te cuente sus secretos.