domingo, 19 de julio de 2015

SAVASANA: EL DIAMANTE DEL YOGA

"El Yoga es 99% práctica y 1% teoría" K. Pattabhis Jois

Toda clase de Hatha Yoga acaba en una relajación final o Savasana (postura del cadáver en sánscrito) que dura aproximadamente entre 5 y 15 minutos, o más, dependiendo del tiempo que se ha empleado en el resto de la práctica.

Acostándonos boca arriba, con los brazos al lado del cuerpo y las palmas mirando hacia el techo, dejamos caer los pies apuntando hacia los lados y cerramos los ojos. Podemos exhalar por la boca o simplemente soltar la mandíbula, dejando que la respiración se ralentice o se profundice. Luego, parte por parte, relajamos el resto del cuerpo, parte por parte, órgano por órgano, sintiéndolo  totalmente pesado y “hundido” en la esterilla o más bien ligero. 



Es muy importante estar cómodo, vestir ropa holgada y abrigarse si es necesario, ya que cuando el cuerpo se relaja la temperatura corporal desciende. También debemos estar seguros de que no se seremos interrumpidos y es recomendable bajar el nivel de luz de la habitación. Las personas que padecen de problemas lumbares pueden colocar un cojín o manta debajo de las rodillas.

Sencilla y simple, fácil para unos y difícil para otros, la relajación profunda no es más que quedarse acostado, inmóvil, relajando conscientemente el cuerpo y la mente mientras sigue vigilante una determinada forma de consciencia en un estado de especial intimidad con nosotros mismos. 

Frecuentemente, esta parte de la clase puede resultar incómoda (sobre todo para los principiantes) y es posible que nos asalten pensamientos como: "¿no es esto una una pérdida de tiempo?" "¿qué estoy haciendo aquí?" " debería de estar haciendo la compra, haciendo la comida!", etc… También podemos llegar a sentirnos bastante intimidados dado lo poco acostumbrados que estamos a simplemente “estar” con nosotros mismos y a volcarnos hacia nuestros adentros. En cualquier caso, aunque la mente no consiga estabilizarse, el cuerpo siempre alcanzará cierto nivel de relajación, lo cual, infaliblemente también producirá beneficios, mientras nos adiestramos más en esta práctica.

La relajación física y eventualmente mental, provoca la disminución de las ondas cerebrales, haciéndonos transitar del estado Betha, con una frecuencia comprendida entre 13 y 30 Hercios (Hz=vibraciones por segundo) que nos mantiene alertas, despiertos, con capacidad para percibir el espacio y tiempo, al estado Alfa (8-12 Hz) o inclusive al Theta (4-7 Hz), estadios en los cuales se activa el hemisferio derecho del cerebro - ese gran excluido- activándose la intuición, la creatividad, la memoria o, yendo más lejos, estableciéndose el contacto con partes de nuestro ser mucho más sabias y elevadas.


Otros de los comprobados beneficios de Savasana son:
  • A nivel físico, estabiliza la acción cardíaca y fortalece el sistema inmunológico. Facilita la toma de consciencia del propio cuerpo y organismo ayudándonos enormemente con los síntomas y trastornos psicosomáticos.
  • A nivel mental, al neutralizar la actividad de los sentidos y las distracciones que surgen de estos, ayuda a aumentar la atención, el foco y la capacidad de concentración combatiendo la agitación mental. Incrementa la memoria y las capacidades cognitivas. Favorece el desarrollo del autocontrol y combate los estados de ansiedad u otros trastornos psicológicos.
  • A un nivel energético, Savasana es el momento en el cual la energía movilizada y desbloqueada durante la ejecución de las Asanas se asienta y es reabsorbida por el mismo organismo, que parece energizarse tras la práctica, devolviéndonos o inclusive multiplicando la energía empleada. Es muy común salir de la clase de Yoga con mucha más energía que la que se tenía al principio.
  • A nivel espiritual, cultiva el mundo interior y origina nuevas vivencias en nuestro Ser. Cuando llegamos a relajarnos totalmente, Savasana se convierte en un momento-espacio de múltiples posibilidades internas. Parece que cuando nos levantamos de la postura siempre sabemos algo más de nosotros mismos, hemos comprendido algo, hemos hallado una respuesta o simplemente nos sentimos llenos de bienestar, armonía, certeza y muchos otros sentimientos positivos.
Yendo más lejos en la descripción de sus beneficios, en Savasana, nuestras células se irrigan y se oxigenan, nuestro hemisferio derecho es activado de manera natural, sin necesidad de haber accedido a ningún tipo de sustancia tóxica o estupefaciente (drogas o alcohol) para tal fin. Alcanzamos estados de consciencia que van mucho más allá de nuestra mente ordinaria y somos capaces de ahondar en las distintas capas de nuestro Ser, viajando hacia nuestro universo interno, despertando nuestra intuición, clarividencia y la conexión con nuestro "Yo Superior" o nuestra Alma.
Así, ésta se convierte en la postura más importante de la clase y el objetivo oculto de la misma ya que,  aunque cada Asana es importante en su justa medida y forma parte de una cadena cuyos eslabones son todos imprescindibles, Savasana es el "gol" y hacemos todo el trabajo previo para llegar a este punto transformador, y me atrevería a decir que, hasta sagrado. 
En cualquier caso, lo mejor es entregarnos a ella sin expectativas. 

Savasana es un regalo después de todo el esfuerzo físico durante la clase y me gusta pensarla como el diamante del Yoga. 
Disfruta de tu clase y sobre todo, disfruta de Savasana! :-) Nos vemos en el próximo post.



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