domingo, 23 de agosto de 2015

LA ENVIDIA Y LAS REDES SOCIALES

“Cuando alguien hace sus sueños realidad, nos está mostrando que nosotros también podemos conseguir los nuestros”  Kábbalah aplicada.

-Fulanita se ha casado finalmente! - pensamiento muy subterráneo y casi desapercibido: ¿ella?... y yo sola y desesperada!  ¿Por qué ella sí y yo no Diosito? -.
-Menganito por fin consiguió producir aquel corto de cine del que tanto me habló - pensamiento subterráneo y casi desapercibido: desgraciado...  ¿quien lo habrá financiado? seguro que consiguió dinero de mala manera... -.
-Carlitos, después de meses en tratamiento, ha superado la lesión en la rodilla que le impedía jugar al Ténis y a su vuelta a la cancha ha logrado superar a su rival y mejor contrincante, Jaimito - pensamiento subterráneo y casi desapercibido: ¿y éste? ¿fue a un brujo o qué? Demasiada suerte para uno solo...  ¿ cuando me va a tocar a mi? -.


La envidia, pecado capital, esa sensación negativa que proviene de la creencia de que el otro tiene algo que yo merezco pero que no he conseguido o que la vida no se ha dignado a darme, es un sentimiento sumamente negativo y frustrante, pero también, hay que admitir, absolutamente humano y en el ámbito terapéutico se vuelve de vital importancia trabajarlo y ponerle luz . Quien proclame que no ha sentido envidia nunca o que no suele ser presa de ella al menos esporádicamente, está mintiendo, o quizás, la ha reprimido tanto que ya no la puede ver y la misma forma parte de su propia zona de sombra. 

El problema no es experimentarla, el problema es no hacer nada con ella y dejar que nos consuma, conduciéndonos a estados del Ser sumamente estresantes, egocéntricos y estériles, haciéndonos incapaces de transformarla en sentimientos más positivos. 

Recordándonos constantemente, hasta que se convierta en una creencia sólida, que aquel que logra algo que yo deseo sólo me está mostrando que YO TAMBIÉN PUEDO OBTENERLO, que el camino está abierto y que ese logro ES POSIBLE también para mí, podemos lograr la alquimia de transformar ese primer rechazo al éxito ajeno en algo menos tóxico y más fértil, como admiración o estímulo. 

Si nos enfocamos en esta verdad balsámica y la trabajamos a nivel interno, constantemente y lo suficiente como para llegar a integrarla en nuestra forma de sentir y en nuestras vidas, tomando consciencia de los chispazos de celos, procesándolos y llegando a disfrutar de la suerte de quienes nos rodean, de verdad, desde el corazón, estaremos transformándonos a niveles inimaginables y nos estaremos convirtiendo en seres mucho más integrales e integrados, por no decir, plenos y felices… el viaje y la paz valen la pena… 

Llevándolo a las redes sociales, en donde queramos o no, estamos constantemente e involuntariamente observando de cerca la vida y los movimientos de los otros, me gustaría compartir que cuando doy un “like” en facebook, instagram o retuiteo un twit, a parte, por supuesto, de sentirme especialmente atraída y agradada por el mensaje, producto, artículo, canción, vídeo, imagen o lo que sea de lo que se trate, pretendo también apoyar y estimular al publicador y difundir el producto que ofrece. En la mayoría de los casos, no sólo es un amigo o conocido, sino también alguien a quién no conozco y probablemente, no conoceré durante el resto de mi vida.


No se trata de compartir contenido indiscriminadamente o de dar "likes" hipócritas y deshonestos a todo el mundo, sólo para buscar aprobación, generar movimiento en mis perfiles o hacerle un guiño a alguien mientras paso el rato aburrido del domingo; eso sería agobiante y sólo mostraría un desequilibrio en nuestra propia autoestima, manipuladora y ávida de amor por demás. Pero sí se trata, por el contrario, de generar, con mi pequeno gesto cibernético, con el grano de arena de mi acción, un efecto mariposa de APOYO, una ola de solidaridad y camaradería no sólo con mis amigos sino también con mi comunidad laboral, colegas y en general, con el resto del mundo que nos rodea, recordando que aquello que damos es aquello que el universo nos envía de vuelta.

Las bases del conocido término Crowfunding están basadas en esa visión cooperativa y colaboradora de un objetivo. Todos estamos profundamente entrelazados y todas nuestras acciones tienen un efecto expansivo a lo largo y ancho del planeta, aunque sea algo difícil de asimilar a simple vista. Muchas personas, como nosotros, están luchando por hacerse su camino de vida, están esforzándose día a día por realizar sus propósitos y utilizan las redes sociales para difundirse, llegar a un determinado target y lograr tal fin.  


Cuando esas personas saltan con una buena noticia y anuncian un nuevo proyecto, récord o fortuna nos están dando una lección de tesón, voluntad, constancia, organización, intuición, creatividad y muchas otras cosas de las cuales se compone el éxito.

Entrenémonos para alegrarnos, infinitamente y de corazón, de ver a la gente a nuestro alrededor realizándose y para apoyarles en su camino al éxito. Y si se nos mueve el fantasma de la envidia (puede suceder, somos humanos) ocupémonos de ello, adultamente, conscientemente, responsablemente, para revertir esa emoción y convertirla en lo que debe ser: inspiración para seguir adelante con nuestras propias metas de vida, más motivados y animados. En el momento menos esperado, nos encontraremos con el Ser lavado y abierto a recibir los mismos milagros que estamos viendo en la vida de los demás. 

Recuerda que nada puede nacer de los celos y la desarmonía, pero todo puede nacer y sucedernos cuando estamos en paz, fluyendo y confiando en la vida y en su proceso, en que hay suficiente para mí y en que "la contabilidad de Dios es perfecta", es decir, en que todo está en su debido lugar y todo sucede a su debido tiempo para todas las personas.

Se dice que los buenos amigos son probados en las malas, pero yo diría que también son retados en los momentos en los que estamos en la cima de la montaña, bailando en el éxito y brillando como el sol…¿Tú que opinas?

Nos vemos en el próximo post ;)